Pedalear junto a los canales del Garona y del Midi (guía bici:map) supone un relax total. Los primeros momentos son especiales, el entorno transmite serenidad y el paisaje transcurre con una lentitud que hace apurar los detalles. Esta tranquilidad se rompe cuando comienzan a surgir las obras civiles del canal que alienta la curiosidad sobre la ingeniería del siglo XVII.
Aquí van las 5 obras que no se debe obviar:
1. Puente-canal de Béziers (etapa 8). ¿Cómo…, un puente o un canal? Los dos, el canal discurre encima del puente y no debajo, como suele ocurrir. Al llegar a Béziers, hay que pasar el río Orb. Transitarlo provocaba numerosos accidentes por sus crecidas caprichosas. El ingeniero Pierre-Paul Riquet tuvo entonces que inventar un sistema para cruzar el río sin tocar el cauce. Tiene 240 m de longitud y aún se puede visitar una de las galerías interiores.
2. La rampa de agua de Montech (etapa 4). Funciona como un ascensor, así sustituyen 5 esclusas y ahorra tiempo a los barcos. Está destinada a los barcos más grandes, pero desde 2009 no funciona por el elevado coste de su mantenimiento.
3. La divisoria de aguas de Narouze (etapa 5). Está en el punto más alto a 190 m, y es lugar donde las aguas que alimentan el canal se decantan por fluir hacia el Atlántico o hacia el Mediterráneo. Un lugar estratégico del canal de los Dos Mares.
4. El Epanchoir (desagüe) de l’Argent (etapa 7). Una bella represa, auténtica obra de arte de la arquitectura, que permite evacuar el agua del canal si el nivel sube demasiado.
5. El Túnel del Malpas (etapa 8). Es el primer túnel navegable de la historia. Fue excavado manualmente en una roca blanca (toba). Tiene 173 m de longitud y 6 m de ancho. Un camino lateral permite recorrerlo a pie.
¿Os hemos hablado de la esclusa redonda de Agde, del acueducto móvil de Libron o de la megaesclusa de Fonserannes? Pues, dejamos unas cuantas sorpresas más para el viaje ;-)