aparentemente nada cambia. Pero no, hay que afinar la mirada para apreciar los detalles.
1. Hoy el tránsito de embarcaciones no para. Una larguísima gabarra llama nuestra atención. ¿Cómo va a girar en el siguiente meandro? Sus saludos encienden nuestra sonrisa.
2. El lento fluir del agua hace que pierdas la noción del tiempo.
No llegamos donde estaba previsto, acampamos a orillas del Garona que nos regaló un atardecer.
3. Hoy el tiempo ha cambiado. Los plátanos dejan pasar los rayos de sol y la ‘alucinógena’ gama de verdes se multiplica.
4. Llevábamos kilómetros de traqueteo por una senda llena de raíces que no nos daba tregua, cuando nos topamos con Le Somail. ¿Qué tendrá este pueblo que todo el mundo detiene enseguida la marcha?
5. Hoy hemos dejado espacio a la improvisación. Comimos unos deliciosos melones que venden a orillas del canal. Luego paramos en una cooperativa de vinos para degustar los caldos del Minervois. La fiesta del cassoulet en Castelnaudary, por casualidad, puso el broche a un día gastronómico.