Entonces, ¿porqué no alargar nuestro Camino Santiago hasta la costa gallega? Os enseñamos 5 motivos, pero muchos más:
1. Ponte Maceiera, un lugar de cuento a orillas del río Tambre. Puente medieval, capilla, molinos de piedra, palomares, un pazo… y mucha, mucha paz.
2. Los hórreos de As Maroñas. Modestos pero hermosos, de estilo Finisterre muy rústicos, en piedra sin tallar y superpuestas. Hay muchos a lo largo de la ruta.
3. El faro de Fisterra, que preside la punta marina donde los romanos ubicaban el fin del mundo, es el más emblemático de los faros gallegos. Todo un hito para los peregrinos.
4. La Costa da Morte, hermosa y cruel a partes iguales. Llena de misterio, de leyendas, de acantilados, de faros. Sin hablar de sus playas infinitas, unas amables como la de Langosteira, otras salvajes y solitarias como la de O Rostro y otras sorprendentes por la ferocidad del mar como la de Mar da Fora.
5. Los mariscos de los restaurantes O Pirata en el puerto de Fisterra y O Tres Golpes. Las empanadas de la panadería Agustín, también en Fisterra. Y como colofón una queimada en el bar A Galería ¡con conjuro incluido!